La psicoterapia es el tratamiento que tiene como objetivo el cambio de pensamientos, sentimientos y conductas.
Se lleva a cabo entre un profesional con la formación y las habilidades necesarias para facilitar el cambio psicológico, y el paciente que requiere la ayuda para aliviar los síntomas que le producen un grado de sufrimiento importante.
La persona que llega a terapia, cualquiera que sea la naturaleza de sus síntomas psicológicos, se encuentra en un estado de desmoralización que puede ser caracterizado por : pérdida de la autoestima, sentimientos de incompetencia, desvalimiento y desesperanza. Esa sensación de incompetencia subjetiva deja al individuo incapaz para afrontar las demandas del medio ambiente y con frecuencia le lleva a confundir el significado de los síntomas, a exagerar su severidad, a temer volverse loco, etc.
Los síntomas de los que se quejan las personas que solicitan psicoterapia son variados, afectan a la experiencia personal, la relación con los demás o dificultan de forma significativa sus actividades cotidianas. El malestar con frecuencia se manifiesta a través de ansiedad, depresión, estrés, conflictos con la pareja, dificultades en las relaciones sexuales, etc. o dan lugar a ciertos comportamientos que interfieren la vida de una persona en distintas áreas, como por ejemplo las adicciones (alcohol, drogas, etc.) los referidos a la alimentación (anorexia nerviosa, bulimia, etc.).
Puede ocurrir luego de una gran decepción, la pérdida de algo valioso o alguien importante, enfermedades físicas largas o el abuso del alcohol y las drogas, entre otras. También puede tener un origen biológico, es decir, causada por un desequilibrio químico en el cerebro.
No tienen que presentarse todos, pero la mayoría de los enfermos muestran por lo menos cinco de los siguientes:
El pánico y las fobias afectan a una de cada diez personas en algún momento de la vida, la ansiedad es un sentimiento normal de temor ante situaciones difíciles pero, si es demasiado fuerte, puede paralizar a la persona. El pánico es un aumento de ansiedad súbito e inesperado; como respuesta, uno quiere salir de la situación que lo ha provoca. Por su parte , la fobia “se trata de un temor a situaciones o cosas que no son peligrosas y que la mayoría de la gente no encuentra molestas”.
Ansiedad. El enfermo se siente preocupado todo el tiempo, cansado, irritable y duerme mal. Físicamente presenta síntomas como dolores, temblores, respiración profunda, mareos, desmayos, indigestión y diarrea.
Pánico. Se presenta como sensación de miedo y la pérdida repentina de control. La velocidad de la respiración aumenta, el corazón palpita con fuerza, se suda y hay pensamientos de muerte.
Fobia. Llega como ansiedad pero solo en ocasiones específicas. Si una persona teme a los perros a un nivel de fobia, procurará que su rutina gire en torno a un ambiente seguro. Si no se trata, con el tiempo el miedo domina la vida de la persona.
Trastorno obsesivo-compulsivo Se define , las obsesiones son pensamientos que aparecen aún sin quererlos, no tienen sentido y pueden ser desagradables , mientras que las compulsiones son actos que la gente piensa que tiene que hacer incluso cuando no quiere.
Ocurre después de haber estado involucrado en hecho traumático, directa o indirectamente. Aunque mucha gente lo supera sin necesidad de ayuda, hay otros que lo canalizan hasta el grado de tener síntomas físicos que afectan su vida diaria.
El abuso de sustancias legales o ilegales está relacionado con distintos trastornos mentales, desde la depresión hasta la psicosis. Aquí, puede que la enfermedad lleve a la adicción o viceversa.
El psiquiatra es una persona que estudia la carrera de medicina y se especializa en enfermedades mentales.
El psiquiatra se encarga de diagnosticar y tratar las enfermedades mentales abordándola prioritariamente desde su parte fisiológica ya sea prescribiendo medicación u otro tipo de intervención médica que sea necesaria a fin de equilibrar la bioquímica del cerebro, reparar o compensar la fisiología deteriorada .
El psicólogo se encarga de evaluar y tratar las enfermedades , desordenes mentales abordándolos desde la rehabilitación psicológica , interviniendo de forma externa para modificar ciertos funcionamientos cerebrales disfuncionales .
Emplea estrategias para el manejo y ajuste de las emociones , las conductas y los pensamientos, realiza análisis psicológicos que posibilitan el autoconocimiento e incrementan el autocontrol y la autoestima , entrena al paciente a identificar pensamientos erróneos y corregirlos , entrega herramientas para adquirir nuevas habilidades en el ámbito social o personal , instruye para técnicas de autocontrol emocional y cognitivo, controlar conductas , pensamientos y emociones que actúan como factores desencadenantes o mantenimiento del problema psicológico.
Hay que tener en cuenta que aunque el Psicólogo , debido a su formación , conoce la psicofarmacología , no puede prescribir medicación , es un ámbito exclusivo del Psiquiatra .
La depresión no solo afecta el cerebro y la conducta, afecta el cuerpo entero. La depresión se ha relacionado con otros problemas de salud, entre ellos, el dolor crónico. Lidiar con más de un problema de salud a la vez puede ser difícil, de modo que es importante contar con el tratamiento adecuado.
El dolor crónico es un tipo de dolor que dura varias semanas, meses e incluso años. Generalmente no se alivia con medicamentos comunes para el dolor. El dolor crónico puede tener diferentes causas, como una lesión o infección temporaria o una enfermedad de largo plazo. Pero algunos dolores crónicos no tienen una causa aparente. Al igual que la depresión, el dolor crónico puede causar problemas con el sueño y las actividades diarias, por lo que reduce su calidad de vida.
Los científicos aún desconocen qué relación existe entre la depresión y el dolor crónico, pero se sabe que estas enfermedades ocurren simultáneamente. El dolor crónico puede empeorar los síntomas de depresión y constituye un factor de riesgo de suicidio en personas deprimidas.
Los dolores corporales son un síntoma común de la depresión. Los estudios muestran que la gente que padece depresión severa siente dolores más intensos. Según las investigaciones recientes, las personas que padecen depresión tienen niveles más altos de las proteínas denominadas citocinas.
Las citocinas envían mensajes a las células que afectan la manera en la que el sistema inmune responde a las infecciones y enfermedades, incluyendo la fuerza y duración de tales. De esta manera, las citocinas pueden desencadenar dolor al promover la inflamación, que es la respuesta del cuerpo a las infecciones o lesiones. La inflamación ayuda a proteger el cuerpo destruyendo, quitando o aislando el área infectada o lesionada. Además del dolor, los signos de inflamación incluyen hinchazón, enrojecimiento, calor y a veces, pérdida de funciones.
Muchos estudios están concluyendo que la inflamación puede ser un vínculo entre la depresión y las enfermedades que usualmente se presentan junto con la depresión. Investigaciones adicionales podrían ayudar a los médicos y científicos a comprender mejor esta conexión y encontrar mejores maneras de diagnosticar y tratar la depresión y otras enfermedades.
Un trastorno que se ha demostrado que se desarrolla junto con la depresión es la fibromialgia. La fibromialgia causa dolor crónico y generalizado en los músculos, cansancio y múltiples puntos sensibles (lugares del cuerpo que duelen en respuesta a una presión leve). Las personas con fibromialgia son más propensas que la población general a padecer depresión y otras enfermedades mentales. Los estudios demuestran que la depresión y la fibromialgia comparten factores de riesgo y tratamientos.
Aunque la mayoría de los tratamientos para la depresión que se encuentran actualmente disponibles son seguros y bien tolerados . No todos responden al tratamiento de la misma manera. Puede llevar varias semanas para que los medicamentos surtan efecto, y quizás deban combinarse con terapia de diálogo continua o se necesite cambiarlos o ajustarlos para minimizar los efectos secundarios y lograr mejores resultados.
Las personas que conviven con el dolor crónico pueden ser capaces de tratar los síntomas mediante cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, el ejercicio aeróbico regular puede ayudar a reducir algunos síntomas de dolor crónico. El ejercicio también puede mejorar el estado de ánimo y ayudar a tratar la depresión. La terapia de diálogo puede ser útil para tratar el dolor crónico.
Tratar la depresión puede ayudarlo a llevar su dolor crónico y mejorar su estado de salud en general. La recuperación de la depresión lleva tiempo, pero los tratamientos son eficaces.
Es un proceso que se lleva a cabo para alcanzar la esencia de algo. A nivel médico, está basado en los medios que posibilitan la curación o el alivio de las enfermedades o los síntomas que una dolencia provoca .En la terapia individual te ayudamos a que tengas un mayor conocimiento sobre ti mismo. Te ayudamos a entender tus emociones, tus conductas y cómo tus pensamientos (muchas veces automáticos) dan forma a tu malestar. De esta forma aprendes a dominar tus emociones negativas, mejorar tu capacidad para tomar decisiones y desarrollas una autoestima sana, que te permite relacionarte mejor.
Por otra parte, encontramos las terapias grupales, que pueden ser fundamentales para que las personas enfermas no se sientan solas o únicas en el mundo de forma negativa. En estos grupos se reúnen quienes padecen patologías similares, comparten sus vivencias y encuentran un espacio donde identificarse, intentando comprender su existencia y salir adelante, apoyándose en la contención que reciben por parte de los demás. Suelen ser sumamente positivas para enfrentar enfermedades y resolver traumas de tipo social.
Dos de cada 10 chilenos han presentado síntomas depresivos a lo largo de un año, mientras que a nivel mundial, la OMS indica que 400 millones de personas sufren trastornos mentales o neurológicos. En este contexto, la salud mental debiera convertirse en un tema prioritario en su diagnóstico y tratamiento.
La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
La salud mental suele entenderse como la situación de equilibrio que un individuo experimenta respecto a aquello que lo rodea. Cuando se consigue este estado, la persona puede participar de la vida social sin problemas, alcanzando su propio bienestar.
La dimensión positiva de la salud mental se destaca en la definición de salud que figura en la Constitución de la OMS: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Al mirar la tendencia en Chile, la Encuesta Nacional de 2010 del Ministerio de Salud, indica que la prevalencia de síntomas depresivos en la población mayor de 15 años es de 17,2%.
Según la OMS, cinco de los diez trastornos más incapacitantes son de naturaleza psiquiátrica: la depresión unipolar, el abuso de alcohol, los trastornos maniaco-depresivos, la esquizofrenia, y los trastornos obsesivo-compulsivos. Esta institución asevera que la carga mundial de depresión y otros trastornos mentales está en aumento, y calcula que este tipo de enfermedades serán la segunda causa de incapacidad en el 2020 en el mundo, si es que no comienzan a aplicarse los tratamientos adecuados.
La OMS también afirma que el problema más importante es que la mayoría de las personas que padecen este tipo de males no reciben la atención que requieren, sumado a la baja cantidad de especialistas en la materia, ya que la mitad de la población mundial reside en países donde hay un psiquiatra por cada 200 mil personas.
La depresión es una enfermedad real. El tratamiento puede ayudarle a vivir lo mejor posible, aun si tiene otra enfermedad. Es frecuente sentirse triste o desalentado después de un diagnóstico o si está en tratamiento para una afección crónica, como el dolor. Puede que esté afrontando nuevas limitaciones en lo que puede hacer, y se sienta ansioso por los resultados del tratamiento y lo que le espera en el futuro. Tal vez sea difícil adaptarse a una nueva realidad y hacer frente a los cambios y el tratamiento continuo que acompañan el diagnóstico. Tal vez se le dificulte hacer sus actividades preferidas, como salir de excursión o trabajar en el jardín.
Son de esperar sentimientos temporales de tristeza, pero si estos y otros síntomas continúan por más de un par de semanas, quizá tenga depresión. La depresión afecta su capacidad de realizar las actividades de la vida diaria y de disfrutar del trabajo, el tiempo libre, la familia y los amigos. Los efectos de la depresión sobre la salud van más allá del estado de ánimo. La depresión es una enfermedad grave con muchos síntomas.